Papá

Quisiera nuevamente resucitar el indivisible argumento que te aferro a mi cuerpo
para dejar de llorar tu partida
para dejar de extrañar la crudeza fraterna de tus enseñanzas
y sentir tu orgullo sobre mis hombros cuando despiertes de tu sueño eterno
y contemples con admiracion la suerte que he construido para honrar tu glorioso nombre
mientras suplico a escondidas sentir tus ojos clavados en los mios
pedirte perdon con inmensa abnegacion.

Pero maldita sea no estas
y lamento la estupida frase que escupi en mi refugio
antes de tenderme en una esquina soltando las unicas tres verdaderas lagrimas que he derramado con puro e innato dolor
al comprender que muy tarde fue para admitir
que no fue un error infantil.

Hoy que no estas
dejame decirte que
amo tu terrible castigo PAPÁ...!

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