Entre tanta angustia y preguntas,
Ansiedades y respuestas pirricas,
Aquí estoy yo con mi otro yo,
Desde mi génesis casi en el abismo de mi apocalíptico adiós...

Christian Jaimes
“Chrija”

“Carta de un hombre”

Confieso que al inicio no sentía nada por ti, pero tú te fuiste acercando a mí por el lado del cuerpo, que es otra forma de llegar al corazón de un hombre. Un camino corto y sin muchas tribulaciones, pero un camino al fin. Tú lo supiste desde el principio, que no te quería ni me sentía atraído por ti, así como una mujer sabe esas cosas por instinto o por una sabiduría adquirida o heredada de tu género. Quizá las mujeres tienen un radar especial para detectar un corazón necesitado de cariño y sin que puedan evitarlo se sienten atraídas hacia el desvalido para prodigarle un poco de aquello que adolece. Lo irónico es que mientras tú hacías eso conmigo, yo pensaba que era yo quien te rescataba a ti. Te miré tan vulnerable en tu disfraz de mujercita, si más armas ante los lobos que una sonrisa tímida y con una figura que solo llamaba la atención alejada de otras mujeres. Empezamos a platicar, porque eso hacemos los hombres cuando no tenemos nada que perder y eso hacen las mujeres cuando tienen todo por ofrecer. Al principio fueron cosas triviales y poco a poco me fui enterando del nombre al que respondía tu cabeza; que habías perdido la esperanza en los hombres, pero no en el amor; que creías en Dios, pero poco en la religión; encontré en el brillo de tus ojos que sonreías mucho, solo que lo hacías para adentro. La primera vez solo hablamos y te habría olvidado si me hubieras dejado. Te pedí el número de tu teléfono móvil por la inercia de hacerlo, apuntaste el mío como quien anota en dónde vive su alma gemela.

Nunca supe cómo te volviste una constante en mi vida, no recuerdo por qué llegó el primer beso ni todos los demás. Recuerdo que te invité a mi casa, con alguno de esos pretextos que nos inventamos los hombres y lo aceptaste con una sonrisa inocente, de esas que tienen las mujeres para hacernos creer que realmente nos han creído el embuste. En algún momento debo haber percibido el olor de tu piel o de tu cabello, o bien pudo haber sido el calor de tu cuerpo que fue a despertar al monstruo que duerme en las venas de todos los hombres. Cualquiera que haya sido el motivo, fue suficiente para atraerte a mi regazo y fue la única llave que necesitaste para entrar en mi vida a partir de ese momento.

No puedo decir que no me gustaban tus besos, si así hubiera sido, no habría vuelto a tu boca cada vez con más asiduidad. Tampoco puedo decir que no me gustaba tu cuerpo, porque dentro de él yo era el rey de tu universo y en ese momento, tú eras todo lo que necesitaba para sentirme completo.

A los hombres nos nace el amor a través de la piel, después de hacer el amor empezamos a querer cada vez más y más a una mujer. Aunque también nos empiezan a perder poco a poco, si no tienen otros recursos para retenernos. Al principio yo no lo sabía, eras solo un refugio al que recurría cada fin de semana, después no fue suficiente, quise verte en los demás días, en otros lugares y con otra escenografía, buscaba inconscientemente las pruebas para saber si encajabas en mi vida. Quizá tú te sentías querida, enamorada y necesitada. Quizá eso que yo te daba, era lo que tú buscabas. Tal vez, al verme feliz y sonriente, te sentías también plena y satisfecha en tu papel de mujer. Qué sé yo si éramos el borrador de aquel destino que nos esperaba al lado de alguien más o realmente éramos la versión final de una pareja destinada a permanecer unida. Yo solo sé que fui el primero en decir “Te quiero” y así fue como me hice responsable del “nosotros” que se volvió oficial a partir de ese momento. Fui yo el que te regresó la confianza en los hombres y fui también el verdugo que la acribilló en forma definitiva.

¿Cómo iba yo a saber que tus alas no eran lo suficientemente fuertes para volar sin mí? O quizá si lo sabía, pero temía que las mías se debilitaran tanto que ya no pudiera alejarme de ti. Seguramente pensaste que fue otra mujer la que me arrebató de tu lado, nunca aceptaste que pudo ser la mujer que estaba del otro lado de tu espejo.

Un hombre puede engañarse casi toda la vida acerca de lo que siente por una mujer, pero no puede engañarse acerca de la infelicidad que habita en su propio pecho y que se va apropiando, lentamente como el oxido, de todo lo que hace y lo que emprende. Tuve que dejarte partir, antes que me partieras la vida y juntos se la partiéramos a almas inocentes. Quizá ahora todavía me odies, yo sigo esperando que algún día aceptes, aunque sea solo para ti o ese creador en el que crees, que lo que hice, fue un acto de Amor y valentía. Quise que fueras infeliz por algunos meses, con la esperanza que pudieras encontrar la felicidad con alguien más para toda la vida, y no al revés.

Adiós para siempre.

“No te enamores de una persona curiosa”

No te enamores de una persona curiosa querrá saber quién eres, de dónde vienes, cómo es tu familia.

Mirará todas tus fotografías y leerá todos tus poemas, vendrá a cenar y hablar con tu madre acerca de cómo su curiosidad le ha enseñado cosas muy útiles.

Te pedirá que explotes cuando estás enojado y que llores cuando estás herido.

Te preguntará qué significa esa ceja levantada, querrá saber tu comida favorita, tu color favorito, tu persona favorita.

Te preguntará por qué?  Va a comprar esa que cámara te gustó, prestará atención a esa banda que amas en caso de que haya un show cerca, te llevará ese suéter al que le sonreíste una vez.

Aprenderá a cocinar tus comidas favoritas.

Los curiosos no se conforman con el exterior, desean el interior.

Ellos quieren lo que te hace pesado, lo que te hace sentir incómodo, lo que te hace gritar de alegría , ira, y de angustia.

Su piel se convertirá en páginas en las que aprenderás a derramar tu ser. 
No te enamores de una persona curiosa.

No dejará un suspiro sin explicación.
Querrá saber qué hizo exactamente, qué hizo para que la amaras.

Año, mes, día, semana
“¿A qué hora fue?
¿Qué dije?
¿Qué hice?
¿Cómo te sentiste?”
No te enamores de una persona curiosa, porque he estado allí.

Desabrochará tu camisa y leerá cada cicatriz, cada marca, cada curva.

Explorará cada una de tus extremidades, cada órgano, cada pensamiento, cada ser. 

Después caminará de regreso a casa y comerá su cena y nunca regresará tus llamadas.

Tú nunca serás la expedición para toda la vida.

Tu corazón será un misterio pero no por mucho tiempo.

No hay dolor como amar a un curioso que persigue cada estrella caída y nunca la atrapa,
Que viene y ve y conquista y se va.

Yo me enamoré de una persona curiosa, quizás un día toma el tren de regreso a casa y sea lo suficiente curioso para leer un último mensaje de mi parte tallada en un asiento.

“Hay una curiosidad en ti que te hará mover montañas algún día sin ningún esfuerzo como me has movido por años.”

Así de simple...

Así de simple...

Hablemos hoy sobre el vacío,
De este raro amorío con la soledad,
Mientras estamos solo con nosotros mismos,
Recordando a ese alguien que ya no esta o simplemente no ha llegado.

Hablemos en este instante de este dolor que ningún otro cuerpo, palabra o sinfonía puede calmar,
Saciemos esta oscura hambre de plenitud con la verdad.

Hablemos de esa verdad tan irreverente y dialécticamente inexistente,
Veamos en este sucio vacío el esplendor de una muerte mas,
Para que lleguen esos labios que nos darán las alas de fénix que nos harán volar a la eternidad.

Christian Jaimes
“Chrija”

“CARTA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ A GEORGE W. BUSH”

“¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror estalla en tu patio y no en el living del vecino? ¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el pánico que provocan el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que caminan cubiertos de sangre y polvo?

¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale del estado de shock? En estado de shock caminaban el 6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima. Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer la bomba. En pocos segundos habían muerto 80.000 hombres mujeres y niños. Otros 250.000 morirían en los años siguientes a causa de las radiaciones. Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía la televisión.

¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de setiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un presidente de nombre Salvador Allende resistiendo un golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado. También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta sudamericana. Las republiquetas estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a imponer sus puntos de vista.

¿Sabías que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada.

Hace casi un siglo que tus gobernantes están en guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo una guerra en el mundo en que la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas siempre explotaron fuera de tu territorio, con excepción de Pearl Harbor cuando la aviación japonesa bombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero siempre el horror estuvo lejos.

Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio del polvo, cuando viste las imágenes por televisión o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas de los rascacielos como trágicas marionetas. En Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm seguía quemando la carne por mucho tiempo y la muerte era espantosa, tanto como las de quienes caían en un salto desesperado al vacío.

Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500.000 los muertos. Medio millón de almas se llevó la Operación Tormenta del Desierto… ¿Cuánta gente desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como Vietnam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable? En todos esos lugares los proyectiles habían sido fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados por tus muchachos, por gente pagada por tu Departamento de Estado, y sólo para que tu pudieras seguir gozando de la forma de vida americana.

Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Pero debes saber que para muchos pueblos del mundo (en este planeta donde cada día mueren 24.000 pobladores por hambre o enfermedades curables), Estados Unidos no representa la libertad, sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana, una guerra donde los edificios se desploman bajo las bombas y donde esa gente encuentra una muerte horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños efectos colaterales.

¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta aunque sea por un sólo día? ¿Qué se piensa cuando las víctimas en Nueva York son secretarias, operadores de bolsa o empleados de limpieza que pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron una mosca?

¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui, saber que la larga guerra finalmente el 11 de septiembre llegó a tu casa? “

Aquí el estrago de una cándida lluvia fue aglutinando las lágrimas del sol,
La luz artificial partió a darse un descanso forzoso,
Parieron las calles y canales de las aceras barquitos de papel,
Con hojas ensangretadas de olvido puse en sus anclas el mejor de mis latidos,
Para que intente llegar a ti,
Esta plegaria nocturna,
Este hálito encomiable de habitar no en tus pensamientos,
Sino en tu piel uno y cada segundo que el tiempo nos secunde,
Hacerte mas que amada mi compañera que borre a la soledad de nuestra aventura,
Para viajar a cualquier lugar y ser una poco de mas eternidad,
Dentro de tanta mortalidad.

Christian Jaimes
“Chrija”

“Imagine” de John Lennon

Si en esos labios color a fuego,
Habitarán por un instante mis dedos,
No solo secuestrar mi alma para que naufrague en tu regazo haría,
Haría en ellos el mas caro de mis delirios oara adquirir a punta de tinta el matiz de esa finura que esgrimes en tus pensamientos...

Christian Jaimes
“Chrija”

Solo flores y silenciosas estancias posan en estos días, no en las calles y plazas...
El mundo es hoy tan simple el reducto encomiable de ansías,
De sueños que como las odiadas mentiras nadie quiere ver ni sentir,
La compañía en una tarde es el ardid de falsas vendimias,
Cambios de disfraces misteriosos para llegar a la cima de una hipocresía,
Al estadio de mil días por venir.

Christian Jaimes
“Chrija”

“El Epitafio de Gabo” creación colectiva en: “El Club de los libros perdidos.”

Hoy fui a Macondo y encontre de luto a los Buendía a Amaranta y a Remedios, estaban también el Coronel con su viejo traje y Érendira lloraba....
¡Todo el pueblo olía a guayaba!
¡Que de gente sosteniendo una pena de cien años!
¡Que de gente –Gabo–! ¡Repartiendose la soledad!

Mientras veíamos a las mariposas amarillas anunciando tu ascenso a la inmortalidad,
Ahora si las putas tendrán mas memorias tristes,
El Coronel no recibirá carta alguna,
Toda esta soledad ha llegado como la hojarasca sin anuncio ante la muerte,
El perro de ojos azules llora al compás de este tu funeral mi Gabo,
Tus doce cuentos peregrinos no tendrán tu voz en el presente,
Solo a una casi mala hora te fuiste a escribir en las nubes tu bienvenida eternidad.

Busca

Busca entre letras, líneas, hojas y miradas,
Busca un motivo más allá de ti misma para no ser constantemente yo quien te busque o te lleve a cualquier parte.

Piérdete aquí andas perdida de ti y me verás a mi.

Christian Jaimes
“Chrija“

De soledades

Porque la soledad no es de cuerpos sino de almas,
No somos solitarios por decreto sino por caprichos ajenos...

Somos soledades andantes,
Almas penando queriendo ver en nosotros mismos a alguien capaz de entregar y vivir al ritmo de uno mismo,
De frente y sin titubeo,
La soledad entonces,
En ese instante en que llegue y no se vaya ese alguien,
Entonces será materia de olvido conveniente esperando volver cuando allá otra despedida...

Christian Jaimes
“Chrija”

“Delirio de una Lucia para mi” escrito por Primavera C.

Sería interesante poder mirarte,
Tal vez con mis ojos arroparte,
Sería interesante poder desnudar tu alma hasta el punto que ya no puedas negarme nada,
De ti quiero saberlo todo,
Hasta tu forma de dormir,
Quiero jugar con tu cabello,
Quiero olfatear tu cuello,
De ti quiero conocer las esperanzas y desesperos,
No importa cuantas lágrimas caigan,
Ambos tenemos mucho que decir y poco que vivir,
No parece estar tan cerca y tan lejos la distancia,
De ti quiero saberlo todo, a millares, saber porque no sonríes a menudo y lloras bastante, quiero secarte las lágrimas con sonrisas y alejar por fin esa melancolía.
De ti quiero hasta tus pies, tus manos tu labios con sabor a desamor, lo quiero todo y nada a la misma vez.

Si te pido quedate una y otra noche en poco mas que en mis pensamientos y dejame besarte hasta en silencio, 
Para abrazarte y no dejar que la ansiedad por el pasado siga siendo el fin ultimo de un futuro exquisito...

Solo vente sin mas propiedades que tus ojos,
tus labios y el delirio de verte danzar mientras quieta a mi lado mis manos solo te contemplan...

Christian Jaimes
“Chrija”

Amén de los incrédulos que esta noche se situaran a verte sin conocerte,
Sin dedicarte un poco mas que la simple frase: “esta muy bella esta noche”
Pero esta noche será distinta,
Serás sublime y vestida de fuego besaras el alma del sinfín de amantes que pierden su descanso solo por ver tu danza y corren a cada rincón para encontrarte,
Hoy bella mía,
Te besaré mientras hurgo en tus faldas,
La caricia blanda de tus labios color dios de la guerra,
Oh! Tierna y solitaria doncella,
Sos a la que le permito compartir tu brillo con el resto,
Bella Luna hoy eres,
Ayer fuiste,
Mañana seguirás siendo el mejor de mis amores...

Christian Jaimes
“Chrija”

"Epístola a una Desconocida" escrito por Andrés Eloy Blanco

Usted debe ser bella, Señorita;
tengo el deber de suponerla bella;
al menos en su libro lo asegura
la insegura verdad de los poetas.

Y sí no es bella, tendrá un alma grande
que es la expresión de luz de la belleza;
el rostro de la noche no es hermoso
sino la luz , que nos da en estrellas.

Mis versos en usted son más sinceros
que en todas las mujeres que han pasado a mi vera,
por el misterio, por la lejanía,
por lo que amamos en el mar la perla.

¿Verdad que es seductora esa ignorancia
y esa interrogación?: ¿quién será ella?
¿de qué ignoto color tendrá los ojos?
¿qué olor de campo llevará en las trenzas?

Y en la azorada urgencia de una cita,
cómplice de la noche y de la reja,
pensar, cómo bañados de presagios,
se le agrandan los ojos en la espera;

y soñarla cantando junto al río,
mientras un egipán de la ribera
se pregunta al oír su serenata:
¿será Diana en el baño, desmayada en Ofelia?

y pensarla armoniosa, entumecida
con el agua bendita de un Poema,
abrazada a la estatua del Ensueño
con florido vigor de enredadera;

y hacer, en fin, en torno de su vida
una decoración de las cosas bellas,
donde ella pase derramando flores,
como el resumen de la Primavera.

Esa atracción de lo desconocido
me seduce en usted de tal manera,
que para no matar esta ignorancia,
yo no quisiera nunca conocerla:

porque, al llegar a usted, puede la suerte
poner un desengaño en mi leyenda,
pues yo de las mujeres, señorita,
tengo el sentir de que no son muy buenas....

Prefiero, pues, no conocerla nunca,
pensarla hermosa, suponerla buena,
soñar con que el rescoldo de su pecho
guarda una brasa para los poetas.

Y sobre todo, suponerla alta,
que es mucho más que suponerla bella:
ser bello es ser flor, que dura un día,
ser alto, es ser estrella.

Que el primer rayo de sol que mires sea como uno de esos tiernos besos,
Esos que solo te he dado,
En mis sueños.

Christian Jaimes
“Chrija”

“Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y que una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender…
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.
Y uno aprende que si es demasiado
hasta el calor del sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende… y así cada día.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien
porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz
de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte
puede brindarte toda la felicidad.
Con el tiempo aprendes que si estás con una persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y quien no lucha por ellos, tarde o temprano,
se verá rodeado sólo de falsas amistades.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira
siguen hiriendo durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente es muy probable que la amistad nunca sea igual.
Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida,
con cada persona, es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta que el que humilla
o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy,
porque el sendero del mañana no existe.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen ocasiona que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás a los que se marcharon.
Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido.
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…”

Jorge Luis Borges

Camino voy a un desierto acompañado de un adiós nada grato,
La luna ha partido de mi verá,
Ahora es la lluvia quien baña la graciosa fantasia de verte un tanto más allá de el sueño al volver junto a ti...

Esta noche aun piensa en ti,
Me va contando recuerdos mientras se suman las distancias y los silencios,
Solo rompe una vez el veneno agridulce de este verso,
Seca el caluroso andamiaje de tu cerco suicida,
Ven en esta nueva luna como moradora de esta alma que te necesita,
Aún no se,
Te quiero,
Te amo,
Es probable todo eso y la concluyente argumentación de nada,
Pues solo sirvo para delirar aún viéndote al frente mio y es el trato obligatorio lo que nos hace ser tan cercanos,
Mientras miro cautivo como son otros entes los que están haciendo lo que yo no.

Christian Jaimes
“Chrija”

No busco mas nada sino hundirme en el caldo de tus sudores,
Unirme a ti en una cruenta y extasiante batalla de idas y venidas,
Corretear locamente en el tatuaje de tus lunares y finos poros,
Destajar mis labios en el gemido de tu pecho,
Romper el silencio de ese efímero rincón que nos sirva de campo de batalla,
Quiero escondernos en la clandestinidad pública de esta sangrante ciudad,
Mirarte una y mil veces mientras eres aquello que no muestras a nadie,
Hacer que me arrancas la piel con tus delicados dedos,
Que tus caderas se agiten con desespero calmoso,
E irnos a la cima de la reminiscente llegada.

Sin rodeos ni recovecos,
No quiero mas nada mi bella,
Solo quiero tu cuerpo encima, abajo o al lado mio,
Que esta batalla y las otras que vengan sea solo sea sin derrotas ni victorias,
A cada hora, día, semana, mes o año,
Que el amor te lo preparo en una pared al por mayor.

Christian Jaimes
“Chrija”

“¿Como nace un poema?” Escrito por Darwin Balcazar

Como nace un poema?
del día inoportuno
de la traición de un amor
del tormento de una acción
de la belleza 
de la tristeza
de un grabe dolor de cabeza
de la luz que se anhela
de la libertad que te hace su presa
de las caricias sangrante de una piel
de las palabras regadas y que nunca fuiste fiel
de la sombra que te asombra
de la vergüenza que se desnuda
de la mirada que no se inunda
de la canción evocada de olvidos
de la lluvia triste que trae alma alegría
de otra ocasión de morir estando viviendo
de lo que todos callan
de lo profundo que nos avergüenza en sociedad
el poema nace de un sentimiento...

@afrorigen

Te envío desde el otro lado de este artilugio,
Un conjuro que cruce las fronteras de las estrellas,
Un verso que acaricie el mutismo que zurca en tus miradas mientras vuelas ausente de esta cotidianidad,
Te envío un pequeño aliento de este cuerpo tan mio y tan del polvo que levita al caer la lluvia,
Algo que rete la lejanía artificial y hacerte compañera de unas cuantas aventuras que se desnudan entre cada letra,
Venid algún día de esta era o de cualquier otra para estamparle a tus labios un tal vez,
Grabarle a las flores que habitan en tu piel el aroma a eternidad que cosechamos entre cada paso que demos en el mar de los días por venir...

Christian Jaimes
“Chrija“

“Extraño” escrito por Valery Bracho

Extraño tus besos recorriendo cada centrimetro de estos pequeños labios.

Extraños tus besos tenues tocando cada espacio de mi cuerpo,
esos que me elevan hasta el cielo

Aquellos besos que hacen que el tiempo se detenga y disfrute ese instante sujeta a ti.

Aquellos que acompañados con caricias penetran cada poro y puedo saciar la satisfacción de nuestros cuerpos entregados,
De nuestras almas en conexión.

Si, extraño esos mismos besos que al cerrar los ojos los sigo sintiendo míos.

Me puse tan adentro de su alma que explote acuchillandole el corazón,
Cantaba perdón a sus dioses,
Mientras mis cánticos invitaban a entes muertos a hacerse dueño de este cuerpo mortal,
Ahora después de varias centurias flota en el aire,
Su silencio mientras me mira conjura plagas de vida eterna, 
Jamás hasta este punto nada sabia de su existencia,
Vino a mi la noche de hace varias centurias,
Caí, yo sigo cayendo sin compasión y desespero en la consumación de una pena maldita,
Cada segundo de esa faena ahora vuelve tan agudamente en mis sienes,
Tu ahora un irreductible portal de deseos,
Yo un despojo de esteriles ansiedades,
Y palabras que no se preferirán,
Para irnos cada quien su destino, cada quien su mundo.

Christian Jaimes
“Chrija”