Dejame conquistarte cada dia...
A punta de besos tremulos con sabor a gloriosa pena y fantasia,
Dejame construirte el amor en cada bocanada de nuestra catarquica realidad,
Deja que me poseas mientras me uno lentamente al maremoto de tu sudor,
Quiero que me des permiso para lanzarte a los cielos y que abraces al sol y la luna cuando hagan el amor en pleno atardecer,
Dejame hacer que seas tu y que yo sea yo sin mas temor que la llegada del alba...

Vamos a fundir nuestra distancia en palabras que vayan y vengan,
Que logren que nuestro aliento vestido en besos se esconda en las faldas de una luna clara,
Hagamos que esta noche disfrazada de utopia sea como la del inicio de este cuento,
Para que no acabe en prisiones sino un aquelarre de vuelos,
De idas y venidas,
De plegarias y conjuros,
De tatuajes inmortales,
De tu mano junto a la mia,
De tu espalda diluyendo mis caricias anhelando simplemente que tu pecho sea para mi,
Una de las mas eternas sinfonias.

Mi conjuro hoy pretendo vestirlo de las mas exquisitas de las exequias,
Tu aroma...

Y es que el aroma de tu alma,
Ese racimo de flores que emanan de tus ojos
Van andandose al camino que dibuja la luna en estas noches donde me llevas con tu mano al idílico manantial de tu piel,
A esa tierna mar que se expande sutilmente por tu torso,
Que me hace un gentil angel,
Un ente que solo va fundiendose inocentemente a tus pies,
Para servirte,
Para solo contemplar aquellas pequeñas cosas que con tu silencio me salvan del exilio,
Me matan y resucitan,
Me seduce a conquistar junto ti otro día mas,
Lleno de dulces luces y arcoiris,
De sueños y realidades que lleva el titulo inocentemente mas sublime: TÚ.

Chica de las flores,
Tan dulce y suave,
Tan sublime y guerrera de luz,
Habitante sempiterna en la danza de los colores que se escapan de tu piel,
Tierno y gracioso jardin de silencios exquisitos,
Ven hoy,
Secuestrame el aliento como tu haz aprendido a hacerlo con mi pluma,
Pero por sobre todas las cosas,
Clavate en mis cielos para asaltar con nuestras manos las estrellas y sembrarlas en nuestro andar.

Aunque nos digan vamos a lanzarles piropos a los suenos,
encarguemos en sus pasos la esperanza furtiva de llegar al dia manana,
y con la fortuna inconsciente de la vida,
llevemosno el pasaje de su despertar como un crucifijo tatuado en el pecho para que volemos deseosos en la tierna fragancia de tu mirar.