En un minuto con mi absurdo vicio le comento al humo mi nuevo deseo
anhelando cuidar este encierro por el que estremezco
sintiendo el terror de mi inesperado descubrimiento confieso que
aguardo el inusitado desvelo de tus besos
un lejano te quiero
borrando de mis sueños los atajos para no seguir huyendo.
Te siento pisando mi aliento
adivinando mis presurosos latidos plantado en un desván al otro
lado del espejo.
Te detallo aun en silencio desbordado por un manantial de voces implacables que desnudan nuestros mas incoherentes tormentos.
Y sin saberlo he quemado mis dedos
descuide y me olvide del cigarro que murió pidiendo que lo acabara por completo.
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