Al nombre que no se,
a la mirada fugitiva que se planta a mis lados, a los silencios inquebrables,
a los cuerpos que yacen por doquier en esta exequia de carroza publica y colectiva, a los minutos de brisa y calor,
a ti, a nosotros,
a mi, yo el de lenguaje comun y raro ante el entendimiento pacato y ruin -cotidiano-.

A todo eso y por ello,
venid utopias,
traiganme a esa musa desconocida de entre las sordidas multitudes de horas, haganla un halo de vida para enamorarme de de ella,
de su realidad y de su mistica danza,
y besarla con mis ojos hasta la imperfectil eternidad.

Christian Jaimes
“Chrija"

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