Vientos cardinales


Viento que vienes de ocho puntos hasta el centro de su suave piel y me conduces a su cuerpo
Haz del tiempo polvo de estrellas que more en sus ojos hasta que el fuego de sus labios quemen mis dedos absorviendo la inmortalidad de mi irreverente inspiracion
Y que los calendarios sean esa cama perpetua donde nuestros sueños se fundan haciéndose uno al unisono
Penetra mis oidos con su fina voz para estremecer en la fugacidad de su adios y derrocar la siniestra soledad cada vez que voy a pelear en esta absurda cotidianidad
Viento errante que vienés del cielo y caes en su pecho
Llevate mi aroma y unela en su esfinge de mujer guerrera
Deja que me vea mañana para atraparla hasta encerrarla en altar de mi alma
Y no dejar que se vaya.

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