Acaricio tu voz doncella de fuego
Bajo el disfraz de la turbulenta frialdad de esta noche lluviosa
Entrometiéndome en tu alma
Robando las pesadillas causantes de tu soledad
Rompiendo la utopía de ostentar el titulo de ladrón de tus lamentos
Haciendo que la muerte no sea sino el infierno de esos fantasmas que rodean tu paso aguardando el instante en que muestres un vicio de felicidad
Obsequio a este vuestro mundo
La dicha de tenerte como trémula excusa de mi inspiración
Y que mi pecado no es más que el placer de vivir pleno de deseos que me gritan no dejar de pensar en ti.
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