Amada y dulce madre
Gracias por entregarnos el rostro más sublime de tu alma
Y beber de vuestra amalgamante ilusión
Un sorbo de sabiduría del pincel de un afable hacedor de mundo de colores
Contemplando la esencia exquisita de un mundo inefable
Que se expande
Como ráfaga de vida halo de magia que nos obsequia este destino...
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