Estas calles me han arropado con la turbulencia de su génesis,
Mis dedos junto a mi alma no cesan en el afán irrefutable de describir mi nuevo encuentro,
Sublime selva que trastorna mi paz volviendo caos y mi sed de no dejar de volar,
No quiero caer en tus redes y fundirme en el éxtasis de tu subversión amoral,
déjame volver a un edén colmado de absoluta pasividad,
me vuelvo hoy el dulce amante solitario que besa el gris de tu piel,
la oscura acidez de tus ojos,
se confunde en el maremoto de tu gentilicio,
solo porque una vez en cada giro perenne de este globo babilónico ansiare no dejarte de buscar...
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