U

Yo te propongo romper el velo tanto noctambulismo,
hacerme del cálido éxtasis de mi regazo en tu cuerpo,
dejad que mis fantasías evolucionen a mas allá de la primitiva estancia del dia a dia y hazme,
hazme tu amante mas allá de una existencia virtual,
de buscarte en el matiz multicolor de una ventanilla miniatura que es, donde te veo en tu ausente morada,
se mi exacto punto cardinal y perderme mientras naufrago en tu sublime andar.

Christian Jaimes
"Chrija"

Dame el lienzo de tu osado cuerpo,
te daré mas que un argumento,
un verso,
un beso,
para robarte un pequeño halito de sueño,
Desnudaré el horizonte en plena tormenta y conjurare horizontes nuevos,
donde tu mano afronta me funda con la penuria de tus ausencias,
haz que mis jugos color a eternidad sean la cosecha de un nuevo preludio,
y que pereza la nostalgia apenas estemos cerca de un inefable atardecer.

Christian Jaimes
"Chrija"
Ando buscando un nombre un titulo o que se yo,
hurgo entre la sangre que quedo luego de tu vasto paso por mi cuerpo en el momento aquel,
en el justo instante en te acechaba la muerte y te grabó con mi lente,
aun queda en mi mente el recuerdo de tus labios multicolores,
el exquisito sabor de tu sexo en la boca de una de esas tantas botellas de vino que nos acompañaron en la tertulia lujuriosa de unas noche a fin de mes,
están en mis pasos los conjuros suicidas de mis amorios con tus lunas,
de tu primera mirada de niña tierna a la que volví mujer,
hoy continuo buscando un nombre un titulo o no se que,
para expiar mis pecados y librarme de la condena que padezco al saberme un constante infiel a mis premisas eternas,
aun eres tu,
hoy no ya soy yo,
devuelveme el alma que retosa en el alambique de noches oscuras,
de temores infundados,
de pasos errados y mis delirios laberinticos,
ven esta noche y muchos mas dias para perderme en tu miel de diosa,
hacer de tus cabellos ausentes de luz pero plenos en brillos oceánicos un pincel con el que vuelva a la vida.

Christian Jaimes
"Chrija"

"Tercera carta conyugal" escrita por Antonin Artaud

Desde hace cinco días he dejado de vivir a causa de ti, a causa de tus estúpidas cartas, por tus cartas no de espíritu sino de sexo, por tus cartas llenas de reacciones de sexo y no de razonamientos conscientes. Estoy harto de nervios, harto de razones; en lugar de protegerme, tú me agobias, me agobias por que lo que dices es errado.

       Siempre has errado. Siempre me has juzgado con la sensibilidad más baja que hay en la mujer. Te empeñas en no admitir ninguna de mis razones. Pero a mí ya no me quedan razones, ya no tengo nada de qué disculparme, ya no tengo nada que discutir contigo. Conozco mi vida y eso me alcanza. Y en el instante en que comienzo a meterme en mi vida, más y más me socavas, causas mi desesperación; cuantos más motivos te doy para esperar, para que seas paciente, para tolerarme, más encarnizadamente te empeñas en destrozarme, en hacerme perder los beneficios
logrados, más intolerante eres con mis males.

      Del espíritu lo desconoces todo, nada sabes de la enfermedad. Todo lo juzgas llevada por las apariencias externas. Pero yo conozco mi interior, ¿verdad?, Y cuando te grito no hay nada en mí, nada en mi persona, que no sea causado por la existencia de un mal anterior a mí mismo, previo a mi voluntad, nada en ninguna de mis más inmundas reacciones que no provenga exclusivamente de mi enfermedad y no le fuera imputable, sea cual sea el caso, vuelves a esgrimir tus razones equivocadas que se fijan en los detalles nimios de mi persona, que me condenan por lo más mezquino.
     
      Pero cualquier cosa que yo haya podido hacer de mi vida, ¿no es verdad? No me ha impedido retornar paulatinamente a mi ser
e instalarme un poco más cada día. En ese ser que la enfermedad me había arrebatado y que los reflujos de la vida me reintegran pedazo a pedazo. Si no supieras a qué me había entregado para limitar o extirpar los dolores de esa separación intolerable, tolerarías mis desequilibrios, mis estruendos, ese desmoronamiento de mi persona física, esas ausencias, esos achatamientos.

Y en virtud de que supones que se deben al uso de una sustancia, que de sólo nombrarla oscurece tu razón, me acosas, me amenazas, me arrastras a la locura, me destrozas con tus manos ira la materia misma de mi cerebro. Sí, me obligas a obstinarme más conmigo mismo, cada una de tus cartas parte a mi espíritu en dos, me tira a insensatos callejones sin salida, me destruye con desesperaciones, con furores. No puedo más, te he gritado suficiente. Deja de razonar con tu sexo, asimila de una vez la vida, toda la vida, ábrete a la vida, mira las cosas, mírame, renuncia, y deja al menos que la vida me abandone, se expanda ante mí, en mí. No me agobies. Basta.

La Cuadrícula es un momento espantoso para la sensibilidad, la materia.

"Segunda carta conyugal" escrita por Antonin Artaud

Necesito a mi lado una mujer sencilla y equilibrada, y cuya alma agitada y oscura no alimentara continuamente mi desesperación. Los últimos tiempos te veía siempre con un sentimiento de temor e incomodidad. Sé muy bien que tus inquietudes por mí son a causa de tu amor, pero es tu alma enferma y malformada como la mía la que exaspera esas inquietudes y te corrompe la sangre.
No quiero seguir viviendo contigo bajo el miedo.

Agregaré que además necesito unas mujer que sea mía exclusivamente, y que pueda encontrar en todo momento en mi casa.
Estoy aturdido de soledad. Por la noche no puedo regresar a un cuarto solo sin tener a mi alcance ninguna de las comodidades
de la vida. Me hace falta un hogar y lo necesito enseguida, y una mujer que se ocupe de mí permanentemente, incapaz como soy
de ocuparme de nada, que se ocupe de mí hasta de los más insignificante. Una artista como tú tiene su vida y no puede hacer otra cosa. Todo lo que te digo es de una mezquindad atroz, pero es así. No es preciso siquiera que esa mujer sea hermosa, tampoco quiero que tenga una excesiva inteligencia, y menos aún que piense demasiado. Con que se apegue a mí es suficiente.

Pienso que sabrás reconocer la enorme franqueza con que te hablo y sabrás darme la siguiente prueba de tu inteligencia: comprender muy bien que todo lo que te digo no rebaja en nada la profunda ternura, y el indecible sentimiento de amor que te tengo y seguiré teniendo inalienablemente por ti, pero ese sentimiento no guarda ninguna relación con el devenir corriente de la vida. La vida es para vivirse. Son demasiadas las cosas que me unen a ti para que te pide que lo nuestro se rompa; sólo te pido que cambiemos nuestras relaciones, que cada uno se construya una vida diferente, pero que no nos desunirá más.

"Primera carta conyugal" escrita por Antonin Artaud

           Cada una de tus cartas aumenta la incomprensión y la estrechez de espíritu de las anteriores; juzgas con tu sexo
y no con tu pensamiento como lo hacen todas las mujeres.
Confundirme yo, con tus razones. ¡Te burlas! Pero lo que me irritaba era verte volver sobre las razones que hacían tabla rasa
sobre mis razonamientos, cuando uno de esos mismos te había llevado a la evidencia.

           Todos tus razonamientos y tus infinitas disputas no podrán impedir que no sepas nada de mi vida y que me condenes
por un mínimo fragmento de ella misma. No debería siquiera serme necesario justificarme ante ti si sólo fueras, tú misma, una mujer prudente y equilibrada, pero tu imaginación te enloquece, una sensibilidad sobre aguda que no te permite enfrentar la verdad. Contigo cualquier discusión es imposible.

            Sólo me queda decirte una cosa: mi espíritu siempre fue confuso, un achatamiento del cuerpo y del alma, esa suerte de contracción de todos mis nervios. Si me hubieras visto hace algunos años, por períodos más o menos cercanos, antes aún
de que en mi se sospechara el uso del que tú me recriminas, dejarías de extrañarte, ahora, del retorno de esos fenómenos.
Si por otra parte estás convencida, si te parece que su reincidencia se debe a ello, entonces no hay nada que decir, contra un sentimiento no se puede luchar.
De cualquier manera ya no puedo contar contigo en mi angustia, ya que te niegas a ocuparte de la parte de mí más afectada:
mi alma.

            No me has juzgado, por otra parte, nunca de otra manera que por mi aspecto externo como hacen todas las mujeres,
como hacen todos los imbéciles, cuando lo que está más destruido, más arruinado es mi alma interior; y no puedo perdonarte eso, pues las dos no siempre coinciden, desafortunadamente para mí. En cuanto a lo demás, te prohíbo hablar otra vez. 
No se tu pero hace falta siempre la "otredad" es tal vez y de pronto la certeza de saberse acompañado y que no solo la amistad cuenta, alguien que te acompañe, la certeza incluso de que alguien se preocupa por ti pero no con la comun asistencia de la cortesía, algo que creerle a alguien y dibujar incluso hasta en silencio que estamos y sigamos en pie para algo que va mas allá que el puro existir bajo el instinto animal de supervivencia a un patrón, a un sistema, a un modelo que anda en constante guerra en lo que es y lo que debe ser, entre el hoy y el mañana, hacen falta sueños y esperanzas, tristezas y decepciones que derrumbar, soledades que abatir, almas que llenar con utopías creíbles, con vida realizables, con amores certeros y casi inmortales, reinventando lo ya inventado sin descanso ni tregua, opacando inciertos con aciertos, pero y por sobre todas las cosas bebernos como un trago de vinotinto la falsedad en cada paso que damos al levantarnos cada nuevo dia que continuemos con vida hasta que llegue el justo y exacto instante en que nos llegue el llamado de la absurda y absoluta muerte.

Christian Jaimes
"Chrija"
Grito tu nombre!
Me decía al oído cada vez que le abrazaba,
era en su momento la única que me creía una deidad sacada de tanta inmundicia social,
me escribía y me pintaba sin saber,
me invitaba a invadirnos en ráfagas de luz y tinieblas mientras que su cuerpo flotaba bajo el canto de la lluvia,
y huí para intentar perderme en los confines de nuevas esperanzas y espejismos que hoy no me acompañan,
la ame y me amo,
aun le amo y le grabo en mis alma su suave torso cada vez que la miro fijamente,
pero se fue a un reino prohibido,
se perdió en la bruma con destino a un lugar del cual jamás debí haber caído,
hoy solo tengo sus labios incandescentes,
sus tertulias altisonantes,
sus lágrimas sobre un terraplén de flores en la finita inmensidad de mis tormentos.

La hice valiente guerrera de la manera mas miserable,
pero jamás me supuse que su odio encarnizado me reduciría tanto silencio,
para llorarle cada dia cada noche,
para sentir mas amor por su sublime ser,
y yo sigo perdido en mis laberintos,
buscando a ese otro yo del que ella se enamoró una vez.

Christian Jaimes
"Chrija"
Quien me habla de tus besos si tu cuerpo anda lejos de mis ojos,
a quien le pregunto por vos si el mutismo opaca todo mi realismo,
como conquisto un país es decir a ti si tus fronteras son ajenas al coqueteo constante de mis versos,
dime quien eres tu,
de que planeta vengo yo,
si toda esta locura arrulla la constante soledad de mi alrededor,
quiero cantarnos una oda,
quiero plantarte un clavel en el pecho y que tu sangre le imprima color a sus pétalos,
y que tu sudor sacie mi sed bajo el estero del sol y luna.

Christian Jaimes
"Chrija"
Estoy sin estar
Soy sin ser
Siento sin sentir
Vivo sin vivir
Muero sin morir
En síntesis padezco de la suprema mortalidad de un fantasma nebular.

Christian Jaimes
"Chrija"

Hoy

Hoy no hay poemas solo silencio
Hoy no hay fiestas solo entierros
Hoy no hay caricias solo pétalos de rosas marchitas
Hoy no hay presente solo futuro incierto
Hoy no hay lugar para vivir solo queda morir
Hoy no hay milagros pues Dios esta olvidado
Hoy no hay nubes pues el cielo se ha esfumado
Hoy no hay niños solo adultos prematuros
Hoy no hay pan los ricos lo tienen acaparado
Hoy no hay nada nuevo pues todo esta inventado.

Christian Jaimes
"Chrija"
Los dias que tanto se han soñado han llegado,
otro final pronuncia el genesis de un nuevo edén,
la altivez de tanta histeria que he arrancado a regañadientes se fugan sempiternos,
hoy el la luna a vuelto tripas al insidioso sol y baila en la fugaz tertulia de cortejos estelares y,
llorandonos escogemos cubrirnos bajo el manto de la cobardía.

Acechame con tus pasos,
corrompe esta mortuoria inocencia con la perdición de mi alma en tus faldas,
Salvame estando como cortesano en el endeble reino de tus ojos,
pues hoy se me van de las manos los gritos mudos disfrazados en versos al saberme pasajero diurno en la tierra del olvido.

Christian Jaimes
"Chrija"
Me acuñó los sueños
Me enamoro de tus misterios haciendo de tu voz un amasijo de esperanzas
Me debato imaginariamente en el deseo por poseerme de una lejana compañía
Pero te vas y me voy
Me voy quedando como un espacio vacío entre tus oídos
Me voy extraviando nuevamente
Me estoy salvando de mi.

Christian Jaimes
"Chrija"

Dedicado a mis madres (la que me hizo quien soy y a esas mujeres que en el camino me han dado su amor maternal)

Al otro lado de muchos lugares,
Cubierto de finales huérfanos de principios,
De noches bienvenidas,
De sus genesis con vueltas a este durante silencioso,
Campaneando el latir de tu corazón y el frescor de escapes,
Escapes hacia un lugar que no me quisiera imaginar,
Pero caigo en su trampa,
Sempiterno errante al fin,
Mientras lloro sin lágrimas,
Mientras amo sin amor,
Mientras digo adiós...

Christian Jaimes
"Chrija"

Si tan solo

Si tan solo
Si tan solo ya no fuera sino que seria que haría en realidad?
Me fundaría con tus labios sabor caramelos cada día
Ya no huiría de nada ni nadie
No temería ni me desgastaria pensando en la muerte o el futuro
Cesarían mi devastación crónica y mi demencia sonámbula,
recuperaría ese hálito de utopia.

Si tan solo
Si tan solo me bastara la lejanía
Para olvidarme una vez mas de tu vida
No caería en la maldita tertulia ficticia de tu compañía y en las puertas del alba me rendiría
Me volaría la locura de sentirme perdido entre la locura de recordarte y la algarabía sublime al gritar silentemente tu nombre.

Si tan solo
Si tan solo hoy no fuera otro de estos tantos días en que todos los días
La pretensión de pensarte es una quimera en la que reencarna una mis mil sonrisas.

Christian Jaimes
"Chrija"
Luna yo te quiero junto a mi desde ahorita para plantarnos a la luz de está noche y fría
para que llenes de tus risas
y dejarme llevar por tus ojos hasta tan lejos de mi propio yo
sólo para querer que no te vayas cuando se mueran los días.

Christian Jaimes
"Chrija"
Escribo para abrir esa puerta donde dejo salir mis imperfecciones.

Escribo para entrar en mi mismo y gozarme al sentir hasta donde voy.

Christian Jaimes
"Chrija"
Odio el saberte lejos,
odio tu ausencia que quema,
odio la soledad que dejaste,
odio el recuerdo de tu risa.

Christian Jaimes
"Chrija"
Ando perdiendo todo rastro de esperanzas,
de fe hacia el futuro,
creo que se me extravió la real significancia de un amor verdadero y no se,
no se donde estoy ahorita si aquí o allá,
si el fin de todo el día es el cese perenne de eso que ya es un ayer,
quiero creer en nada para ver si llega un todo,
quisiera irme con la lluvia para recobrar mi digna excusa para no dejarme morir,
y verte en las sombras de mis pasos tras los tuyos,
devorando tantas horas, tanto kilométraje y fundirme en un beso en el montón de versos que me arrancas sin saber porque...

Christian Jaimes
"Chrija"
Mi pluma anda seca,
mi inspiración se vistió de suicida,
venid estrella fugaz,
arrebata esta neurótica aflicción,
castra a esta altiva soledad que inunda la calidez de esta sangrienta marcha,
de esta enfermiza catarsis ante la ausencia nocturna de tu sonrisa
y tu mirada disfrazada de incertidumbre...

Christian Jaimes
"Chrija"

Nota suicida del poeta Gherasim Luca

Trato de suicidarme estrangulándome con ayuda de una corbata que ato al pomo de la puerta 

He dejado sobre la mesa una carta 
que me parece de una comicidad irresistible 

La ausencia de toda razón perceptible  halla en mi suicidio «a causa de la miseria» 
una réplica groseramente económica  pero llena de encanto 

De todas las razones aparentes invocadas por los suicidas esta me ha provocado siempre una repulsa especial debido a su carácter esclavista, masoquista y claramente contrarrevolucionario 

No podía dejar una carta más desconcertante sobre mi cadáver 

Para él la sola palabra «privaciones»  resume toda la languidez y la beatitud del miserable 

Aunque saque la lengua con una involuntaria tendencia satírica antagónica 
mi arribista cadáver supera gracias a esta carta el primer grado de la escala social 

Un vértigo en el que reconozco mi pasión 
por la intoxicación, por la asfixia por la desaparición de las certidumbres 

Llevo las manos a mi garganta probablemente para impedir el estrangulamiento pero el gesto es tan violento que se diría que quiero rematarlo 

No me he puesto una corbata desde hace ocho años 
                                                            (Anotación inmediata)


Christian Jaimes
"Chrija"

Christian Jaimes
"Chrija"

Escrito por: Marieth Camacho

Y que hago si la sombra de sus recuerdos me abrazan esta noche?
El aroma a su piel entra a mi cerebro trayendo con él recuerdos de amor,
un amor que aunque desvaneció y al no hallarse aquí sigue siendo mio,
tan mio,
como desde el primer instante en que lo consumí sigue estando en mi,
tan adherido que aun si se rasga se lleva pedazos de mi y de él que estarán unidos en una eternidad absoluta...


Christian Jaimes
"Chrija"
Deja que en tus labios tatue mil letras que juntas a tu aliento sean,
sean el mas sublime de los poemas escritos en esta noche plagada de inciertos y miedos,
deja que grabe una y mil veces tantos no se,
y que al alba descubramos osada el portal de un nuevo mundo en medio de este que nos trajo aquí...

Christian Jaimes
"Chrija"